Una compañía americana es noticia en todo el mundo por la polémica y pionera decisión de implantar microchips en sus emplados para así "mejorar la productividad", argumentan. Se trata de la empresa de software Three Square Market, con sede en el estado de Wisconsin.
Implantando un microchip a sus empleados, la compañía les permitirá abrir puertas automáticamente, o pagar con el microchip en las máquinas de vending de la sala de descanso. Todd Westby, consejero delegado de la compañía, ha explicado al medio americano KSTP que el microchip funcionará como un dispositivo de proximidad, al estilo de un teléfono móvil. En vez de acercar el móvil, lo que harán los empleados será acercar la mano.
El chip tiene el tamaño de un grano de arroz, cuesta 300 dólares, y más de 50 empleados de esta compañía se lo implantarán voluntariamente. Además de poder pagar con él en las máquinas de vending, también podrán hacer login en los ordenadores y abrir puertas, agilizando estos procesos del día a día de trabajo.
Aunque todo esto suena absolutamente siniestro, lo cierto es que la compañía no obligará a sus empleados a implantarse el chip, y promete que no incluye un localizador GPS. En el vídeo podemos ver el proceso de implante y su funcionamiento.
